28 de mayo de 2006

Mi voto es por el VAM

El último artículo que publicamos acerca de las elecciones, el 15 de Abril, terminaba con el siguiente párrafo:

Hay quienes sostienen que frente a Ollanta en la segunda vuelta hay que votar por el otro. No me queda claro esto. Me dicen que Alan no sería tan estúpido como para repetir el desastre del 85-90. No estoy tan seguro. Ollanta tiene las manos manchadas de sangre en Madre Mía y Alan las tiene en el Fronton. El 85 ocurrió hace 21 años, pero hace un año ocurrió la patada a Lora. No, definitivamente no voto por Alan y espero votar por Lourdes.

Han transcurrido 40 días desde entonces, Lourdes perdió la elección y el próximo 4 de Junio se debe votar entre Alan u Ollanta o por el VAM. Y yo pienso votar por el VAM.

El ganador del 9 de Abril

Los resultados finales de la elección en primera vuelta le dieron la victoria a Ollanta con el 30.6%, bastante menos de lo que él mismo esperaba. Este resultado difiere muy poco de los que las Encuestadoras lanzaron apenas terminada la votación el 9 de Abril. El flash informativo de Apoyo lo declaró ganador con el 29.6% mientras el conteo rápido lo acercó más al resultado final, 30.2%. En el caso de Lourdes Flores el flash le dió 24.2%, el conteo rápido 24.3% y el resultado oficial 23.8%. Para Alan el flash dió 24.5%, el conteo rápido 23.8% y el resultado oficial 24.3%. En general las encuestadoras serias pasaron la prueba. Todas dieron resultados muy ajustados al resultado final, muy a pesar de las declaraciones de Alan, quien había sostenido tajantemente que las encuestadoras mienten y saben que mienten. En el caso de Apoyo el conteo rápido dió una diferencia de +0.4, de -0.5 y de -0.5 para Ollanta, Lourdes y Alan, respectivamente. El ganador en primera vuelta, sin lugar a dudas, y con una diferencia de 6.2 en relación a Alan y de 6.6 en relación a Lourdes, fue Ollanta Humala. Pero nada se podía decir sobre el segundo lugar. Allí se produjo el famoso empate técnico.

Pero los resultados no fueron los que se mencionan aquí, aunque los que se mencionan aquí son los resultados legales. La diferencia es la denominada votación válida que calcula los porcentajes de votos conseguidos por cada candidato en términos del total de candidatos, excluyendo el voto blanco y el voto viciado. Si consideramos el voto blanco y viciado, que son una expresión del mismo valor que el voto por un candidato, las cifras disminuyen de manera significativa.

Al 100% del escrutinio de los votos, Ollanta obtuvo el 25.7%, Alan el 20.41% y Lourdes el 19.98%. El voto en blanco llegó al 11.87% y el viciado al 4.23%. Total blanco y viciado, 16.1%. Un total de 14,632,003 ciudadanos participaron de la primera vuelta emitiendo su voto. El total de electores habilitados para votar fue de 16,494,906. En consecuencia, un total de 1,862,903 ciudadanos no fueron a votar. Si se tiene en cuenta que en el Perú el voto es una obligación y la multa por no votar es bastante elevada, los cerca de 2 millones de ciudadanos que decidieron no votar son una cifra que no se debe despreciar.

Si consideramos el universo de ciudadanos hábiles para votar, es decir los que se encontraban en el registro electoral al 9 de Abril, Ollanta Humala obtuvo el 22.78%, Alan el 18.10% y Lourdes el 17.72%. La suma de los votos blancos y viciados fue 14.29%. Y si a este grupo se le suma el porcentaje de votos que no se emitieron, es decir si se incorpora el efecto de los ciudadanos que teniendo derecho a votar no votaron, la cifra asciende al 25.58% del total. Bajo esta consideración, el ganador del 9 de Abril fueron los 4,219,521 ciudadanos que decidieron rechazar a Ollanta, Alan y Lourdes.

Este cálculo puede ser considerado una exageración. Sumar el voto blanco y viciado pareciera tener algún sentido. Se trata de ciudadanos que fueron a votar pero rechazaron los candidatos. Se entiende que el que va a votar va a escoger entre algún candidato. Y si ningún candidato lo convence, entonces opta por viciar su voto o por dejarlo en blanco. ¿Y qué sucede con los casi dos millones de Peruanos que no fueron a votar? Se dirá que algunos estaban muertos y que el registro electoral no fue actualizado. Bien. Se dirá que algunos estaban vivos cuando se actualizó el registro y murieron en el período previo a la elección. Bien. Se dirá que algunos no pudieron ir a votar porque no habían actualizado su dirección y no pudieron sufragar los costos de su traslado. Bien. Se dirá que algunos Policías y Militares no votaron por razones de servicio. Bien.

Pero ninguna de estas situaciones puede afectar a más de cuatro millones de peruanos. Más todavía si el voto es obligatorio y supone una multa. Nosotros consideramos que los que no votaron, en una gran mayoría, decidieron no ir a votar. Decidieron que no les interesaba ningún candidato. Decidieron que ir a votar en blanco o ir a votar viciado era lo mismo que no ir a votar y no fueron a votar. Las cifras deben servirnos como una referencia.

Lo que las cifras nos dicen es que el 26% de los Peruanos en condiciones de votar decidieron rechazar a los candidatos a la Presidencia de la República. Y que ninguno de estos candidatos logró superar esta cifra. El ganador del 9 de Abril fue el VBVNV (voto blanco, viciado, no voto)

Del empate técnico a la "victoria" de Alan

Los resultados del 9 de Abril, adelantados por las encuestas a boca de urna y por el conteo rápido, anunciaron un ganador y empate técnico en el segundo lugar. Lourdes aparecía como segunda en los primeros resultados oficiales presentados por la ONPE. Pero todos sabemos, menos el Comandante que no tiene quién le explique, que los resultados de la ONPE no eran representativos ni pretendían serlos. Es que la ONPE no tiene que presentar resultados que pre anuncien los resultados finales. Sus resultados son parciales y el resultado final es el acumulado de los resultados parciales. Esto provoca que, por ejemplo, si las actas procesadas por la ONPE provienen de La Libertad, los resultados habrían favorecido a Alan; o si provenían de Lima, habrían favorecido a Lourdes. Sólo cuando los resultados acumulados se acercan al 100% esos resultados tendrían que parecerse al resultado final.

Sin embargo, también Lourdes se confundió con los resultados iniciales y presumió su victoria frente a Alan con demasiada anticipación. Lourdes llegó a pensar que Alan pasaría al segundo lugar pero que luego, en el último tramo, remontaría los resultados.

Y Alan pasó al segundo lugar pero Lourdes nunca pudo remontar el resultado. La "victoria" de Alan fue registrada por la ONPE en una cifra: 61,978 votos; apenas el 0.38% del universo total de votantes hábiles. Y Lourdes admitió el 3 de Mayo los resultados, pero con una frase infeliz y patética:

Siento señalar que al despedirme de esta contienda no lo hago con la certeza de haber sido derrotada en las urnas. Mi eliminación se ha labrado en las mesas. Me voy con la sensación de haber sido derrotada en las mesas y no en las urnas,

La sensación de haber sido derrotado en las mesas y no en las urnas es una sensación que puede surgir cuando alguien se enfrenta en una elección a una organización como el APRA o como Patria Roja. La sensación de Lourdes hay que interpretarla en este sentido. El APRA estuvo presente en prácticamente todas las mesas de votación a través de sus personeros, que tenían una misión muy clara. El APRA debe ganar la elección en la mesa, sin importar que el APRA haya ganado la elección en la mesa. Esta misión es muy sencilla cuando el APRA ha ganado la elección en la mesa; pero no lo es mucho menos si el APRA no ha ganado la elección en la mesa. Aquí el resultado depende de la habilidad del personero aprista y de la menor habilidad del resto de personeros. Y la misión de los personeros apristas es todavía mucho más simple si el APRA no ha ganado la elección en la mesa y no hay personeros de los otros candidatos en la mesa. Y es todavía mucho más simple si además se cuenta con votos en blanco.

Los resusltados de una mesa son los resultados registrados en el acta. Una vez llenadas las actas los votos desaparecen y desaparece toda posibilidad de contrastar el resultado de los votos, el real, con el resultado registrado en el acta, el formal (que, como se ve, no necesariamente es el real). Y aquí está la ventaja del APRA que entiende la democracia como el juego de ganar las elecciones en la mesa mientras el resto, ilusos demócratas, creen bobaliconamente que las elecciones se ganan si uno tiene más votos que los contendores. No es así y Lourdes siente que no es así.

La tranquilidad con que se manejó el empate técnico por parte de Alan y de Jorge Del Castillo parecen provenir de esta concepción de la democracia por parte del APRA. Las elecciones se ganan en las mesas. En un primer momento el APRA buscó frenar los resultados alcanzados por Lourdes en el exterior. Se llegó incluso a solicitar la nulidad de las elecciones en Milán, Miami y Madrid. Pero esta actuación resultó muy grosera ante la población. Todos saben que los Peruanos en el exterior votaron masivamente por Lourdes. Muy lejos estuvieron Alan y el propio Ollanta. Frenar estos resultados descubría la intención antidemocrática del APRA. Entonces el APRA retrocedió sobre su error. En lugar de frenar allí donde era evidente que ellos no habían ganado decidieron frenar allí donde Lourdes no contaba con personeros. Y esto les dió resultado.

Nunca se sabrá si la victoria en la mesa significó fraude de parte del APRA. Para saberlo se requieren los votos y los votos fueron destruídos. Bastan 310 actas para explicar la ventaja de Alan sobre Lourdes. El APRA pudo hacer esa diferencia.

Los responsables del empate técnico

Ollanta representa el 23% del total de votantes hábiles mientras que Alan y Lourdes el 18% cada uno. El ganador es un ganador claro en relación a los no ganadores, pero la cifra con la que ha ganado le impide hacerse con la Presidencia de la República sin pasar al balotaje. Y el balotaje se dá con el segundo de la contienda. Esto fue muy claro en el caso del propio Alan en 1985. Él ganó las elecciones pero no evitó el balotaje. El segundo fue Alfonso Barrantes pero bastante lejos de él. Y debajo de Alfonso el tercero también iba distanciado. Y Alfonso entendió que había perdido y que no era necesario el balotaje. Grande Alfonso. Y Alan fue ungido a la Presidencia sin pasar por la segunda vuelta y sin haber ganado la primera, en los términos que la ley exige.

Y sucedió con Fujimori. Mario Vargas Llosa ganó la elección pero no pudo evitar el balotaje y perdió en el balotaje. El segundo pasó a ser el primero y nadie se preocupó por recordar quién fue el tercero. Y con Toledo volvió a ocurrir. Alan llegó segundo y perdió en el balotaje con Toledo. ¿Quién llegó tercero? !Lourdes! Pero nadie sostuvo la tesis del empate técnico. Si bien hubo una diferencia estrecha, no fue suficiente para dudar del resultado. Ganó Alan y Toledo le ganó a Alan y punto.

No es común que se produzca un empate técnico. Pero la probabilidad del empate técnico es mayor cuando las candidaturas son más numerosas y cuando más de una candidatura representa opciones parecidas. Y este fue el caso ahora. ¿Cuál es la diferencia mayor entre Lourdes y Valentín? ¿Y cuál si añadimos a otros candidatos menores como Salinas y Borea? Y no consideramos a Humberto Lay porque su opción implica también una opción religiosa y menos laica que las anteriores, generando un espacio más específico. Pero Salinas y Borea no llegan ni al 1% juntos. Pero Lay llegó a 4% y Valentin a 6%.

Los 700,000 votos de Valentín hacen una clara diferencia que hubiera impedido cualquier empate técnico. Y esto lo sabía muy bien Valentín porque no es difícil de entender y porque se lo explicó muy bien el propio Alan. Valentín es tan pequeño como Alfonso Barrantes pero Alfonso fue muy grande. Ironía del destino. La grandeza de Alfonso Barrantes llevó a Alan a la Presidencia mientras que la chatura moral de Valentín lleva a Alan al balotaje y, tal vez, también a la Presidencia.

Y el 4 de Junio nos piden votar por el "mal menor"

Los resultados electorales colocaron finalmente a Alan en la segunda vuelta, y ahora se tiene que escoger entre él y Ollanta para ser Presidente de la República los próximos cinco años. La ventaja de una segunda vuelta es que las opciones se reducen a sólo dos candidatos. Ya no se trata de 20. Ahora es Alan o es Ollanta. Mucho más fácil. ¿Más fácil?

Me pregunto si este balotaje hubiera sido más fácil si se tenía que optar entre Ollanta y Lourdes. Cuando quedan dos candidatos después de haber tenido 20, el balotaje empuja a quienes votaron por un candidato diferente a optar por quien no votó antes. Esto en el supuesto de que los votos ya recibidos en primera vuelta se van a mantener. El primer y el segundo lugar llevan sus votos al balotaje y esperan sumarle, de un lado, los votos que recibieron los otros candidatos y, de otro lado, persuadir a los que no votaron por ningún candidato, a votar por ellos. El balotaje implica principalmente un cambio de opinión. Ollanta va a llevar su 23% y Alan su 18%. Y se van a disputar el 26% del ganador de la primera vuelta (es decir, los que no votaron por nadie), el 18% de Lourdes y el 13% de los otros tres más importantes candidatos vencidos el 9 de Abril.

En este 13% se encuentran los votantes de Fujimori (poco más 900,000), los votantes de Valentín (poco más de 700,000) y los votantes de Lay (poco más de 500,000). El sétimo lugar en la lista, Susana Villarán, está bien distanciada de Humberto Lay y representa apenas el 0.46% del total de votantes hábiles. La solución del balotaje de este 4 de Junio va a depender de cómo se distribuyen los votos del ganador de la primera vuelta y los votos de Lourdes, Valentín y Lay.

Lourdes acaba de informar que UN deja en libertad a sus simpatizantes. No se ha pronunciado en contra de ningún candidato ni a favor. Valentín ha hecho lo mismo pero desde su coquetería con Alan. Y Lay no se ha pronunciado claramente pero claramente se ha pronunciado a favor de la democracia y en contra de la dictadura. Ha aprendido muy rápido de política criolla, de política peruana. Se trata de votar por Alan sin decir que hay que votar por Alan. Y este parece ser el signo de la situación. Ollanta representa un peligro para la democracia mientras que Alan a pesar de ser Alan no representa esa amenaza. Alan democracia, Ollanta dictadura. Alan es claramente un mal candidato pero Ollanta es peor. Alan es el mal menor.

Desde el 24 de Abril ésta es la trampa política que se le quiere imponer al pueblo peruano. La alternativa es entre democracia y dictadura y la democracia es mejor defendida por Alan. Fue Mario Vargas Llosa quien expresó por primera vez este úcase. Mario llama a la alianza entre UN y el APRA para vencer a Ollanta,

aunque para ello sea preciso vencer escrúpulos, olvidar agravios y votar tapándose la nariz

Vencer escrúpulos, olvidar y taparse la nariz. Todo esto provoca votar por Alan pero aún así nos piden votar por Alan. Antes Jorge Bruce había sostenido algo parecido, por su sentido pesimista. Bruce sostiene que no importa lo que hagamos en el ánfora el 4 de Junio, siempre nos sentiremos mal. Y desde entonces vemos una procesión interminable de artículos, pronunciamientos, comunicados, etc.;donde todo tipo de líderes se pronuncian a favor de la democracia para justificar su voto por Alan. Hasta los apristas están en la misma campaña.

Hernán Garrido Lecca, por ejemplo, ha sostenido que la presencia de "candados institucionales" va a impedir que Alan repita el desastre del 85-90. Es decir, que Alan como Presidente, si quiere volver a hacer un mal gobierno, no lo va a lograr porque se han creado candados que impiden, por ejemplo, al BCR emitir o al Congreso autorizar presupuestos desfinanciados. Conclusión: Alan es el mal menor.

Yo me pregunto si la población vota en términos de democracia versus dictadura, que son conceptos abstractos en la mayor parte del país. En primer lugar, Ollanta jamás ha sostenido que va a terminar con la democracia como Alan tampoco ha garantizado que la defenderá. Es más, Alan ha sostenido y reiterado que cerrará el Congreso si obstaculiza su labor. Y esta declaración no se le conoce a Ollanta. Ollanta ha sostenido que quiere convocar una Asamblea Constituyente. Y sus críticos han encontrado allí el orígen de la dictadura. Ollanta es elegido Presidente, convoca a una Constituyente, gana la Constituyente, cierra el Congreso y se perpetúa en el poder. Es esta imagen la que se está vendiendo como dictadura. Pero esta imagen no es la imagen de Ollanta. En todo caso, Ollanta tiene derecho a su propuesta y mantiene su propuesta en un espacio democrático.

Así, entre un candidato que sostiene que cerraría el Congreso y otro que propone elecciones para una Constituyente, al primero se le bautiza como demócrata y al segundo como dictador. Patético. Nos dicen que debemos defender la democracia votando por Alan y tapándonos la naríz porque es el mal menor.

Una pregunta ¿cuán menor es este mal? Otra pregunta ¿cuán mayor es el mal, llamado Ollanta? Pregunta final ¿quién pone la vara, cuál es la vara y dónde está la vara sobre la cuál se mide la magnitud del mal?

Que Alan tuvo un gobierno catastrófico, es tan cierto como que Alan mismo lo reconoce una y otra vez. Que el "nacionalismo" de Ollanta tiene claras connotaciones corporativo fascistas está más que demostrado en sus declaraciones, en su Programa de Gobierno y en la conducta de gentes como Daniel Abugattás. Pero Ollanta nunca ha sido gobierno y no se puede presumir su conducta sólo en base a sus declaraciones actuales. Fujimori es la mejor demostración de esto. Todo lo que dijo en la camapaña para ganarle la elección al FREDEMO fue negado con su práctica de gobierno. Al punto que se puede sostener que aplicó el programa del FREDEMO.

La propaganda de Ollanta en el balotaje actual es bastante efectiva. Somos ricos pero nuestro pueblo es pobre, es el mensaje. La propaganda de Alan es diferente. Es una propaganda dirigida al mundo urbano y, en ese sentido, a los ricos. Porque en nuestro país somos ricos los que tenemos empleo, seguridad social y AFP. Y el mensaje de Alan va dirigido hacia el respeto a las ocho horas y la desafiliación de las AFPs. Un tema que no interesa a la gran mayoría del país. Alan es entonces el candidato de los ricos y el que hundió al país. ¿Cómo así es el mal menor?

Veamos el caso de los Derechos Humanos. Para nosotros es suficientemente claro que Ollanta tiene las manos manchadas de sangre en Madre Mía y que tiene una clara responsabilidad en lo de Andahuaylas y también nos queda claro que lo de Locumba fue una farsa muy oportuna para Montesinos. Pero Alan es responsable del genocidio de cientos de prisioneros rendidos en el Frontón. Y su segundo allí es hoy su segundo en su lista, el Almirante Giampetri. ¿Quien es entonces, el mal menor?

Y si vemos el tema anticorrupción; Alan acusa a Ollanta de recibir cientos de miles de dólares del Gobierno de Toledo durante el período en que fue consul en Francia y Corea y lo acusa también, del oscuro financiamiento de la campaña de UPP a través de Siomi Lerner. Bien. Pero los cientos de miles de dólares del Cónsul Ollanta tienen un sólido pretexto en la planilla estatal. ¿Qué de los millones de dólares de la cuenta secreta de Agustín Mantilla? ¿Quién es entonces el mal menor?

El argumento de Mario Vargas Llosa, del voto por el mal menor, es tan atractivo para Alan que él mismo se promociona como el mal menor. Pobre país el nuestro. Quien tiene todas las posibilidades de ser elegido como Presidente apela a su condición de haber sido mal presidente para sostener que ahora será mejor, comparado con su contendor. Pero va más allá. Decreta que la guerra sucia debe ser impedida y para ello ordena que en el debate presidencial no se mencione lo ocurrido en el gobierno aprista. Y se va más allá. Se exige que la propaganda mediática no mencione el pasado.

Hace bien Ollanta en rechazar esto. El gobierno aprista es parte de la historia y tiene que ser parte de la memoria del pueblo peruano. Si se borra la historia entonces, sí pues, el mal menor es Alan.

Mi voto es por el VAM

La propuesta del mal menor tiene, sin embargo, un defecto que Mario y todos los que han sido seducidos con su predica a favor de Alan, no han previsto. Es que no se puede probar que Alan sea el mal menor, aunque sí se puede esperar que se piense que Ollanta es un mal como lo es Alan. En consecuencia, votar por el mal menor sería también votar por Ollanta. ¿Por qué no? Patria Roja es el último de los grupos de izquierda que han terminado alineándose con Ollanta. ¿Por qué? Es que Ollanta es el mal menor frente a Alan. Paradoja del destino. La concepción del mal menor ha contagiado a toda la clase política peruana. Todas las organizaciones, de una u otra manera, se ordenan en términos de votar por Alan o por Ollanta pero como si se tratara del mal menor. Todos tienen su mejor candidato, su candidato bueno. Humberto Lay debió ser elegido, o debió ser elegido Valentín, o debió ser elegida Lourdes, o debió ser elegida Susana, o debió, etc. Pero mala suerte. Para otra vez será. Ahora quedan dos diferentes a nuestros candidatos buenos. Son los candidatos malos. Hay que votar por el mal menor. ¿Quién es? Pues Alan; pues Ollanta.

Pero cuando fuimos a votar el 9 de Abril no escuchamos a nadie, y menos a Mario, sostener la teoría del mal menor. Nadie decía, voten por mí que soy el mal menor. Se asumía que los malos estaban confundidos con los buenos. La gente votó por los buenos el 9 de Abril. Mario no dijo, no voten por Ollanta porque es un peligro para la democracia. Mario no dijo nada. Tal vez Mario pensó que el 9 de Abril sería elegido alguien de los buenos y no alguien de los malos. Pero mala suerte Mario. No sólo no fue elegido ninguno de los buenos, sino que fueron elegidos dos de los malos.

Y sin embargo la mayor parte de los votos no fueron a ellos. Fueron blancos, fueron viciados y fueron los no votos. Y también hay que contar a todos los que votaron por los otros 18 candidatos que quedaron fuera de la primera vuelta. Todo este enorme universo de votantes y no votantes tuvo una actitud clara el 9 de Abril. O votaron por los buenos, o rechazaron a todos. Y ahora que quedan dos, Alan y Ollanta, Mario y toda la clase política, la "izquierda" y la "derecha" y el "centro" quieren que se vote por el mal menor.

!Vayanse A la Mierda! No se puede escoger entre dos males. Los males son males y punto. No hay un mal menor que otro. Por eso mi voto este 4 de Junio es por el VAM.


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1. En las semanas previas a la elección, Ollanta ofrecía ganar en primera vuelta; esperaba obtener poco más del 50% de los votos denominados válidos.

2. Los resultados a tres decimales fueron 25.685%, 20.406% y 19.979%. El ajuste a dos decimales es nuestro. Ver ONPE.

3. El siguiente cuadro muestra el comportamiento en términos del número de votantes hábiles:

Ollanta 3758258 22,78%
Alan 2985258 18,10%
Lourdes 2923280 17,72%
Blancos 1737045 10,53%
Viciados 619573 3,76%
No votaron 1862903 11,29%
Sub Total 4219521 25,58%
Hábiles 16494906 100%
4. En las recientes primeras elecciones al Colegio de Profesores Patria Roja ha demostrado su extraordinaria capacidad para transformar una derrota en las urnas en una victoria en las mesas.


5. En el sentido que la diferencia entre ellos es insignificante, da igual pensar que Alan tiene 60000 votos más que Lourdes, o que haya sido al revés. El resultado práctico es que la población no se decidió de manera clara sobre ellos.

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