25 de diciembre de 2005

La papa amarilla pelada y el papel higiénico doblado

Para el almuerzo de ayer, navidad, mi esposa había pensado en un guiso de pollo y sugerí como entrada una ocopa. En ese momento recordé haber visto unas papas amarillas hermosas en Plaza Vea. Decidí entonces un cambio que no sabía dónde podía terminar. Se me ocurrió un puré de papa amarilla pero amasado con aceite de oliva. No quería rodajas de papa bañadas en ese pesto delicioso de la Ocopa, sino unas falsas rodajas de papa. Mi ocurrencia respondía a un viejo recuerdo infantil en casa de un amigo donde su Mamá nos homenajeó con una papa amarilla molida y cubierta con pesto picante.

La sugerencia fue aprobada y de inmediato se me ordenó la compra de las papas. Pero Plaza Vea me quedaba un poco lejos y preferí el mercado popular que me queda a dos cuadras de distancia. Eran las 10 de la mañana del 25 de Diciembre. Unos pocos puestos estaban abiertos. Rechacé el primero de verduras que encontré porque las papas eran muy pequeñas. Luego de unos minutos encontré el puesto con el producto ideal. El kilo de papas a 2 nuevos soles (en Plaza Vea cuesta 1.80). Cuando me preparaba a escoger las papas, la dueña del puesto me recomendó comprar papa amarilla pelada, al mismo precio que la otra.

¿Qué es la papa amarilla pelada, me pregunté a mi mismo? La buena Señora me mostró una batea plástica donde se encontraba la misma papa amarilla pero pelada y lavada. Al peso y con el mismo precio, yo salía ganando. Dos kilos de papa tienen una merma promedio de 15% al ser peladas. En consecuencia el precio para mí se elevaba a 2.35 nuevos soles el kilo (sin contar el costo del trabajo de pelar la papa), 18% más caro. Se trataba de una oportunidad y la aproveché. Compré dos kilos de papa amarilla pelada, gasté 4 nuevos soles y llevé a casa 2 kilos de papa que se convirtieron en puré y luego en una ocopa. , sin merma alguna en el peso por efecto de pelar la papa, acción ahora inútil.

Mientras me pesaban la papa pelada conversé con la buena Señora. Tenía casi un año vendiendo el producto. Primero pelaba un kilo, luego subió a 2, luego a 4 y ahora pela 10 kilos de papa amarilla diariamente. Una parte de su stock permanece como tal y la otra parte se transforma en un nuevo producto que coloca para una nueva demanda. Ella ha preferido mantener el precio a la par con el otro producto. Esto le permite convencer a sus clientes de comprar el nuevo producto y a mí confirmar que los clientes en este mercado son muy elásticos al precio. Téngase en cuenta que el producto tiene muchos sustitutos cercanos y que los clientes cuentan con un ingreso bajo o medio bajo.

La papa amarilla es un producto "caro". La papa blanca se vende a 2 kilos por 1.50 nuevos soles. Un kilo de papa amarilla compra casi tres de papa blanca (2.67 kilos). El costo de pelar la papa amarilla es relativamente alto para el cliente, mientras es cero para la Sra. que tiene que atender el puesto todo el día y puede "entretenerse" pelando papa amarilla cuando no atiende a ningún cliente. Una alternativa viable para elevar las ventas y el beneficio.

Con mi bolsa de papa amarilla pelada terminé en otro puesto; esta vez el de abarrotes. Norma me saludó muy amablemente, como siempre. Ella es licenciada en Matemáticas por San Marcos pero nunca ejerció la carrera. Su puesto es uno de los de mayor demanda en el mercado. Compré huevos y un paquete de dos rollos de papel higiénico. Este paquete lo vende Norma a 1 nuevo sol. Entonces pude ver unos paquetes de papel que me parecieron servilletas. Pero no. Se trataba de papel higiénico en trozos plegados en rectángulos de unos 15 centímetros. En el paquete venían cuatro unidades al precio de 30 centavos. Norma me dijo que tenían buena demanda. "Es que se pueden llevar en la cartera o en el bolsillo, donde no entra un rollo. Y Ud. sabe casero que siempre hay emergencias".

Entonces recordé cuando hace poco tuve que emplear un periódico viejo para atender una emergencia. Compré el paquetito que, a diferencia de la papa amarilla pelada me encontraba como un cliente muy inelástico al precio. Es que las emergencias son las emergencias.

Antes de irme Norma me entregó un Calendario y dos tickets para el sorteo de premios que siempre hace antes de fin de año. Allí estaré este sábado y espero que repartan la misma buena sangría del año pasado y ojalá me lleve un premio. Total soy cliente del mercado a pesar de los Plaza Veas, los Metros y los Wongs.

Y pensar que muchas veces mis Alumnos piensan que la microeconomía es un asunto de los libros de microeconomía.


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